abril 27, 2008


Jorge Rossi, una de las grandes figuras del Argentinos puntero, asegura:
«Todo se lo debo al Señor»

"Las cosas nos están saliendo bien, el grupo está unido y estamos mentalizados para hacer en este campeonato lo mejor posible. Siempre encomendados a las manos de Dios, porque gracias al Señor es este triunfo y todos los triunfos que tenemos", es la primera reflexión de Jorge Rossi, luego del éxito de Argentinos ante Parque.
Con estos tres puntos, los Bichitos mantuvieron el liderazgo en la tabla y su puntaje perfecto, los cuales permiten que se perfile como uno de los aspirantes a obtener el Apertura. En cuanto a Rossi, su rendimiento ofensivo fue muy valioso para Argentinos, pues no sólo estuvo presente en el marcador, sino que aportó una movilidad y un despliegue que benefició colectivamente a los de La Paternal.
"La mano del Señor es la que hace todo", repite. Y en el transcurso de la nota, no lo hará una vez, sino varias veces. Es que la fe religiosa de Rossi, ha propiciado que Dios sea el motor de todos sus actos. Al margen de lo futbolístico, en este reportaje se refirió a todo eso.
-¿Estás pasando por un gran momento?
-Sí, eso pasa desde que me puse las pilas con el Señor. Yo le pedí ser figura en los partidos. No por mí sino en función de equipo. Con Parque tuve una actuación soñada. No me la esperaba, aunque sabía que había algo lindo de parte de El para mí.
-¿Cómo empezaste a tener esta fe?
-Yo al Señor lo conozco desde chico, gracias a mi familia. Pero tuve un encuentro con El hace sólo un par de años y a partir de ahí cambió mi vida. Yo era otra persona, otro jugador. Ahora todos los goles que hago son para Cristo.
-¿Cuál fue el motivo que hizo que te acercaras?
-Por una crisis personal. Recuerdo que recién llegaba a Argentinos desde Atlanta. Recién tenía 20 años y acababa de nacer mi hija. Al ser tan joven, no sabía cómo afrontar esa situación. Me bloquée, me deprimí, empecé a faltar a las prácticas... Hasta que una noche el Señor se me presentó y me habló frente a frente. Me dijo que tenía varias cosas para mí, así como las tiene para cada uno de nosotros. Y todo esto que estoy viviendo ahora no es de un día para otro: es consecuencia de lo que me pasa desde ese momento.
-¿Qué clase de jugador eras antes?
-Yo insultaba, me peleaba dentro de la cancha, me agarraba a piñas con cualquiera. Mostraba una mala imagen porque mi prioridad eran otras cosas.
-¿Tuviste contacto con la droga?
-No, pero sí con la noche y el alcohol. He probado, no te voy a decir que no. Pero el Señor me hizo libre.
-¿Trataste de convencer a tus compañeros de equipo para que sigan tu camino?
-Yo siempre intento predicar su palabra. Uno tiene que respetar todas las posturas y religiones, pero sí, he invitado a muchos chicos a nuestra iglesia. Algunos que no creían en el Señor ya están viniendo.
-¿Cuáles son tus metas en el futsal y en la vida?
-Ante todo, uno tiene que tratar de mejorar como persona. En lo futbolístico, ir proyectándome día a día para que alguna vez tenga la chance de jugar en la Selección o viajar al exterior. Pero yo no soy el que abre o cierra las puertas. Eso es obra del Señor.
-¿A que te dedicás además del fútbol?
-Estoy por empezar como repositor en la empresa Menoyo, que también son cristianos. Y mi trabajo dentro de la iglesia consiste en estar con chicos adictos y ese tipo de cuestiones. El Señor te da las cosas si estás preparado. Si no estás preparado, te sube demasiado el ego y todo eso puede influir negativamente.
-Decí algo más de este presente de Argentinos.
-Es un equipo que está para campeón. Se ve en la cancha y afuera de ella. Somos un grupo muy unido, donde el primer citado, es igual que el número veinte del plantel. Y Beto Coronel es muy importante. Para mí es como un papá futbolístico. El me enseñó a pararme en la cancha, a marcar, a jugar de diferentes maneras... En lo táctico, todo lo que soy se lo debo a él. Y en lo individual, se lo debo al Señor.