noviembre 10, 2008

Fernando González tuvo un gran nivel en el arco de Alvear, enfrentando justamente a su ex equipo

«Para mí fue un partido especial»

La victoria de Alvear ante Huracán fue fundamental para el equipo del Parque Avellaneda. Gracias a ella pudo engrosar su flaco promedio, a la vez que dejó en una posición complicada a su rival, que aún sigue en la promoción. En el elenco ganador hubo varios futbolistas de destacado nivel. Uno fue el eterno goleador Diego Di Maio; otro, fue Pablo Segura; y acaso alguien que tuvo una efectiva tarea cuando quizás no eran tan grandes las expectativas depositadadas en él, fue Fernando González, un arquero que a principio de año llegó a préstamo con bajo perfil y luego de aguardar en el banco de suplentes durante casi todo el torneo, tuvo la oportunidad de jugar a partir de la expulsión de Ariel Antico, dos fechas atrás.
González, de 21 años, se convirtió en un escollo difícil de superar para el Globito, que intensificó su presión especialmente en el ST. Y su historia es aún más conmovedora, porque el dueño de su pase es justamente... Huracán.
"Para mí fue un partido especial -manifestó el arquero, que fue receptor de innumerables saludos no sólo de sus compañeros, sino también de parte de los contrarios-. Estoy muy feliz por este triunfo. ¿Si me hubiera gustado que Huracán no perdiera? Es una buena pregunta. Yo hoy me debo a Alvear y decirlo sería una falta de respeto hacia este club. Por otro lado, allá dejé muchos amigos a los que también les deseo lo mejor".
Algo muy común en el fútbol actual, es que un jugador no pueda actuar en contra de su equipo de orígen si está a préstamo. Eso no sucedió en esta oportunidad: "Como en Huracán tuve pocas chances, le pedí a Juan (Meles) que no se pusiera esa cláusula y lo aceptó. Con él mantuve grandes diferencias pero igual siempre nos llevamos muy bien. Al final me conmovió el abrazo que me dio, así como el de todos los pibes". En Alvear, también se dio una cuestión similar para González, en relación a que el arco en la mayor parte del torneo estuvo ocupado por Serra y luego por Antico, hasta que éste fue expulsado. Sin embargo, el entrevistado aseguró no haberse bajoneado: "Arranqué jugando las tres primeras fechas, sin buenas actuaciones. Después vino Ariel y era totalmente justo que atajara él, por su gran experiencia. A mí igual me sirvió para aprender a su lado, mientras esperaba mi oportunidad. Ahora que llegó traté de aprovecharla de la mejor manera".
En los últimos minutos del partido su figura fue agigantándose, a la vez que un fuerte golpe que sufrió hizo más heroica su labor: "Casi no podía gritar ni estar parado de un dolor en el costado, por una atajada en la que me tiré y caí mal. Ese final fue muy difícil, si bien ellos complicaron siempre. Teniendo a Maradei enfrente, nunca podés descuidarte".
Mientras su futuro es aún un interrogante ("veremos si año que viene puedo seguir aca", expresó), el arquero confió en evitar el descenso: "Estamos muy cerca de salvarnos de todo, ojalá podamos hacerlo en Rosario. ¿Huracán? Yo calculo que también zafa. Siempre termina sacando fuerza de donde no tiene y esta vez creo que pasará lo mismo".