mayo 11, 2008


La desgracia llamó a la puerta del futsal con una furia inusitada.

HISTORIA ÍNTIMA DE UNA MUERTE ABSURDA E INCREÍBLE

En la tarde del sábado 3 de mayo, Tomi puso algunas cosas en el bolso y dejó su casa de Villa Crespo rumbo a Parque Avellaneda. En el trayecto hacia la cancha de América del Sud, ubicó su mente una semana atrás, en el partido que la tercera de Hebraica jugó contra Villa Argentina, en Gerli. Su equipo había ganado 6 a 2 y él había marcado dos de esos goles, con los cuales totalizaba tres tantos en el certamen. Tomi había jugado muy bien. Pensó en las jugadas que había hecho y lo relacionó con sus compañeros de equipo: Diego Hanna, Adrián Font, Uriel Dorfman, Fabián Bubis, David Gueller, César Denegri, los arqueros Nico Schvartzmann y Fede Arruguete... Cayó en la cuenta de que hacía varios años que estaba en Hebraica.
Muy chiquito era cuando jugaba en Britajim, una institución judía del sur del Gran Buenos Aires, y tendría unos 14 años cuando lo sedujo la posibilidad de hacerlo también en Hebraica.
Allí conoció a una gran cantidad de chicos con quienes fue forjando una amistad que se moldeó en la adolescencia, hasta llegar, sólidamente unida, hasta estos días. Porque si había algo que no le costaba a Tomi era hacer amigos. Por personalidad, no era de pasar desapercibido. Más bien, todo lo contrario: era entrador, extravertido, pícaro, alegre, divertido... Dentro de la cancha, tampoco pasaba inadvertido. Gracias a sus condiciones siempre fue muy respetado en la categoría 90. Tanto, que el año pasado estuvo preseleccionado por Juan Llorens para integrar la Selección Argentina Sub-17.
Tomi también pensó en su familia: en sus padres, Raúl y Mirta, y en sus hermanas, una de las cuales estaba de novia con Diego Beja, jugador de la primera de Hebraica. Sin darse cuenta se encontró haciendo un repaso de su vida y, por todo esto, acaso se haya sentido muy afortunado. Además, tenía la posibilidad de hacer lo que más lo apasionaba: jugar al fútbol, algo que complementaba con sus estudios en el sexto año del colegio Ort.
En todo eso reflexionaba cuando sus rulos traspasaron el portón de la calle Bilbao. Entonces se entregó mansamente al ritual de cada jornada: el reencuentro con sus compañeros, el partido de cuarta observado de a ratos, el cambio de ropa en el vestuario, el calentamiento previo y la salida a la cancha. Tomi firmó la planilla y esperó que el árbitro Suárez pitara el comienzo. Antes, junto a todo el plantel, posó para una foto de Pasión Futsal. El resultado fue una imagen que dos horas después, cobraría un valor emotivo inimaginable en aquel entonces. Cuando el flash resplandeció, Tomi tenía el balón entre sus manos.
Y todos aquellos pensamientos de la tarde, desaparecieron por completo apenas la pelota se puso en juego. Lo único que le importó, entonces, fue el partido.
Libertad se puso en ventaja. Pero los locales se sobrepusieron y lo dieron vuelta, con goles de Font y Denegri. El aporte de Tomi fue muy útil en la reacción hebrea. Su zurda penetrante complicó a la defensa adversaria. Los dirigidos por Diego Clacheo ganaban 2-1 faltando dos minutos para el final. La disputa del balón se concentró en un costado cercano al centro de la cancha. Tomi pisó el círculo central, con el objetivo de prestar un eventual apoyo. Hasta que de pronto, todo se apagó. Fue un segundo. Una insignificante porción de tiempo a través del cual la vida floreciente de ese pibe de 17 años, se transformó en la nada misma. Tomi cayó al suelo, desplomado, ya sin fuerzas para amortiguar el golpe. Por una herida en la ceja comenzó a manar sangre. Pero el golpe no provocó la tragedia. Antes de que su cabeza impactara contra el cemento, increíblemente, ya estaba muerto.
La escena, escalofriante, parecía adaptada a una terrorífica pesadilla.
A continuación, reproducimos las opiniones de algunas personas que estuvieron muy cerca del accidente y vivieron los instantes de inmenso dramatismo que se desarrollaron a partir del desgraciado momento.
Dardo Viñas (árbitro del partido principal): «Yo estaba en la mesa de control y lo vi caer. Primero pensé que le había pegado un rival. Pero enseguida me di cuenta que no. Entonces creí que había sido un desmayo. Me acordé que cuando yo jugaba al fútbol un par de veces me desvanecí por un golpe de calor. Pero esa sensación me duró muy poco. Ya era evidente que se trataba de algo grave. Cuando pude entrar al vestuario agarré mi teléfono y llamé al 911. El SAME tardó 40 minutos en venir. Es cierto, luego se supo que no tendría posibilidades de salvarse. Pero, ¿será posible que en este país de m... haya una vida en peligro y una ambulancia sea capaz de tardar tanto tiempo? En el gimnasio ya se vivía un caos total. Llegaron los padres, la madre se descompuso y quedó tirada al lado del pibe, al que intentaron reanimarlo. De nada sirvió. Después no se pudo tocar más el cuerpo, porque al principio se caratuló el caso como muerte dudosa. También llamé a algunos miembros de la Comisión de Futsal: Ochoa, Catelani, Ríos... Cuando los dos últimos llegaron confirmaron que hablaron con AFA y suspendieron toda la jornada del domingo. Igual, yo ya había decidido que no jugaría. Me tocaba Argentinos-Pinocho, pero iba a pedir que designaran a otro porque yo no estaba en condiciones anímicas. Con Cristian Suárez, el árbitro de la tercera, hicimos la planilla. El estaba destrozado. Lloraba. Hasta se olvidó de poner las amonestaciones. Como a las once, después de que se fue el médico de la Policía y retiraron el cuerpo me fui a mi casa. No me dormí hasta las seis de la mañana. Hubiera esperado cualquier cosa, menos que pasara lo que pasó».
Al día siguiente, Viñas y varios de sus colegas, estuvieron en el velatorio. La tarea del juez internacional, fue muy valorada por la gente de Hebraica.
Martín Manzano (coordinador del futsal de Hebraica): «Los resultados de la autopsia dijeron que Tomi tuvo una arritmia fulminante. Es algo que le pasó jugando al fútbol, pero que podía haberle sucedido mientras caminaba o leía el diario. La llegada tardía de la ambulancia no influyó, quizás sólo se hubiera salvado
si había un quirófano en el mismo sitio del accidente.
Apenas se cayó me metí en la cancha. No sé por qué m... estaba mirando justo para ese lado. El árbitro primero pensó que yo invadí la cancha. Enseguida supe que algo malo pasaba, pero nunca hubiera imaginado esto. Antes de que llegue el SAME lo estaban atendiendo tres médicos. Uno era el de Libertad, a quien hay que agradecerle, al igual que a muchísima gente, lo bien que se portó. La solidaridad que hubo es algo increíble. Al volver a mi casa el sábado a las dos de la mañana, abrí los mails y tenía la casilla llena de mensajes. Todavía no puedo creer cómo la noticia circuló tan rápido. Volviendo a los médicos, nunca le encontraron el pulso. Recuerdo que en el medio de la desesperación, se me acerca el padre. «Martín, lo único que te pido es que me cuentes cómo jugó», me dijo. Me dejó helado. Y le contesté que Tomi había hecho un partidazo. Pienso otra vez en los padres... Despiden a un hijo que se va a jugar a la pelota y a la noche lo encuentran tapado con una sábana. Es muy fuerte...Durante el partido no hubo nada extraño, Tomi estuvo bárbaro hasta que pasó lo que pasó. De ahí viene la impotencia, la bronca, el dolor... Qué se yo. Dentro de todo, el único consuelo que existe, por llamarlo de algún modo, es que no sufrió nada».
Diego Clacheo (DT de Hebraica): «Yo escuché el ruido del impacto contra el piso. Me di vuelta y Tomi estaba ahí tirado. Que se muera un ser querido es durísimo, pero mucho peor es que haya sucedido algo así. Sinceramente no hay palabras para calificar lo que sentimos todos. En el club no queremos dejar de agradecer a toda la gente que se portó de manera espectacular. No nombro a nadie porque me voy a olvidar de algunos y sería injusto. Pero dirigentes, jugadores, técnicos y árbitros estuvieron junto a nosotros y el apoyo recibido no lo olvidaremos jamás. En estos momentos, uno se da cuenta que más allá de la rivalidad deportiva, el futsal es una gran familia.
Con respecto al partido próximo, con Paraná, en principio solicitamos postergarlo. Pero el martes tuvimos una reunión con dos psicólogas y luego de esa charla los jugadores decidieron que querían jugar. Este partido, dentro de todo, será en Zárate. Cuando la fecha que viene haya que volver a la cancha de América, no sé qué va a pasar».