noviembre 15, 2009

Por fin se enfrentaron San Lorenzo-Banfield en la final del torneo femenino. Así como primero hubo que aguardar varias semanas para que el choque fuera programado, también la incertidumbre se prolongó durante el partido. Tanto, que tras jugarse infartantes 40 minutos, fue necesario un alargue. Y allí...
GOZÓ DESPUÉS DE UNA LARGA ESPERA


San Lorenzo se consagró una vez más campeón femenino. En esta oportunidad lo hizo al vencer a Banfield en el desempate por el primer puesto, ya que ambos habían quedado igualados en esa posición. El partido, jugado en cancha de América, tuvo de todo: muchos goles, innumerable cantidad de situaciones frente a los arcos, variaciones en el tanteador y, fundamentalmente, una enorme dósis de emocióne incertidumbre. El 8-8 con el cual terminó el partido no estuvo exento de un dramatismo muy particular sobre el epílogo. Es que el Ciclón, luego de mantener una ventaja a lo largo de casi todo el match (que si bien nunca fue mayor de dos goles) vio como Banfield le empataba el partido en siete, a un minuto del cierre. Sin embargo, los azulgranas volvieron a ponerse arriba faltando 14 segundos. Pero eso no fue todo: cuando apenas quedaban ¡dos segundos! el Taladro empató nuevamente gracias a un increíble saque de meta que Jiménez ejecutó por elevación y se le escurrió de las manos a su colega Julieta Padín.
SUPLEMENTARIO CONTUNDENTE. Por supuesto, la alegría fue impresionante en el sector banfileño y la desazón se apoderó del bando adversario. No obstante, en el alargue las cosas fueron ampliamente favorables a las dirigidas por Almeyra, especialmente en el segundo período, donde consiguieron los tres goles que le sirvieron para asegurar el 11 a 8 que les dio un nuevo campeonato.
SE PORTARON DIEZ PUNTOS. Para destacar, la corrección en la que se jugó el esperado choque. Tanto en un sector como en el otro, todos -y todas- aportaron su granito de arena para que la final fuera una auténtica fiesta.
EL PARTIDO EN LAS TRIBUNAS. Más allá del buen comportamiento señalado líneas, cabe destacar también que ambos equipos fueron alentados por una fiel hinchada, compuesta por chicas que, en su mayoría, también eran integrantes de los respectivos planteles. Las de Banfield soprendieron por el colorido, que le dio una buena cantidad de banderas. Las de San Lorenzo, lo hicieron por entonar durante toda la jornada las canciones que suelen utilizarse en cancha de once. Así, fue sonando un amplio repertorio que las chicas sabían a la perfección. No se privaron de esgrimir insultos y provocaciones cuando el tema lo exigía («cada vez te falta menos para morir, Globo botón...» se escuchó, por ejemplo), si bien en esta ocasión , no cabía la menor duda que que esta vez sí se trataba del mentado folclore del fúbol.
LA AFA NO AVISÓ QUE ERA UNA FINAL. Una circunstancia no calculada demoró aún más el desenlace. Es que los árbitros no tenían aclarado oficialmente que el partido se tratara de un desempate. Consecuentemente, tampoco sabían qué hacer en caso de empate. Por eso, el juez principal, Pablo Salvador, debió llamar por celular a un empleado de la oficina de árbitros de AFA, para pedir indicaciones. Casi veinte minutos más tarde, salió del vestuario con órdenes de jugar suplementario y, si hiciera falta llegar a los penales. Entretanto, la impaciencia de la gente y de las jugadoras, era indisimulable.
TAMBIÉN LES INTERESAN LAS MUJERES. Entre las presencias «ilustres» se pudo hallar la de Oscar Trama. El técnico azulgrana en el futsal masculino, estuvo alentanto a las «santitas» acompañado de Miguel Matta, presidente del futbol amateur sanlorencista. El Ruso Mendelevich, otro fanático del Ciclón y asiduo visitante de muchas canchas, también hizo fuerza por las chicas de San Lorenzo.